miércoles, 28 de agosto de 2013

INTERVENCION DEL DIPUTADO JOSÉ LUIS FLORES MÉNDEZ EN LA MESA DE DESARROLLO SOCIAL A LLEVARSE A CABO EN TAMAULIPAS.

(Maestra Rosario Robles Berlanga
Secretaria de Desarrollo Social)

Representante enviado: Lic. Javier Guerrero García, Subsecreterio...


Nos congratula contar hoy con su presencia en esta Mesa de Trabajo, sobre todo por tratarse de la temática de desarrollo social, que es de la mayor relevancia para la población del medio rural.
El haber establecido como una prioridad la Cruzada contra el Hambre que coordina la Secretaría a su cargo, amplía la visión y el compromiso de lo social, a la vez que asume como criterio definitorio el enfoque territorial para la aplicación de las políticas públicas.
Creemos que la articulación de los programas que integran la Cruzada es un reto de gran magnitud. La población que atienden, ubicada en los cuatrocientos municipios integrados a la Cruzada, en su mayoría rurales, donde la pobreza se manifiesta en grado extremo, nos obliga a procurar el éxito del SINHAMBRE.
Estamos ciertos de que se está haciendo un gran esfuerzo, pero advertimos serios problemas que se deberán superar para lograr la vinculación y articulación de los programas, uno de ellos son las reglas de operación. A menudo, en razón de ellas los programas se tornan excluyentes o inaccesibles.
Hay quien afirma con suspicacia, que están diseñadas, por su grado de dificultad o complejidad, como un medio de contención a la demanda de recursos, particularmente en los programas que tienen propósitos productivos o de infraestructura.
Nosotros creemos que es necesario vincular los temas productivos a los que tradicionalmente se han considerado como de apoyo social o asistencial, si queremos corregir desde sus bases la pobreza, sea rural o urbana.
Cabe destacar que de los cuatrocientos municipios integrados a la Cruzada, tres cuartos son predominantemente rurales; cincuenta programas de la Cruzada tienen influencia en lo rural.
No obstante lo anterior, tenemos la percepción de que los programas productivos no están siendo lo suficientemente flexibles para incorporar a la población de más escasos recursos que vive en el campo.
Si seguimos haciendo lo mismo con las mismas reglas y presupuestos inerciales, con seguridad obtendremos los mismos resultados de pobreza.
Estamos convencidos de que es urgente apoyar la producción aún en las comunidades más pobres y aisladas; que no se piense únicamente en la producción en razón de esquemas de productividad y competitividad o de exportación.
Tratándose de alimentación, mientras en las zonas urbanas los apoyos tienen que llegar de manera directa como canastas alimentarias, productos procesados, etc., en el campo lo que se necesita es apoyar la producción para que los propios productores generen sus alimentos y, de ser el caso, también puedan comercializar sus excedentes.
Abatir el hambre es el gran reto, pero hacer que los programas incidan armónicamente e impacten con efectividad en los municipios que están considerados es, desde nuestro punto de vista, la condición de posibilidad.
Tenemos el Programa Especial Concurrente y necesitamos un esfuerzo consistente para conjuntar el sentido  de sus programas con la Cruzada contra el Hambre. Buena parte de ellos ya están incluidos, sin embargo, insistimos, se requiere coherencia en las políticas públicas que propicie las sinergias necesarias para potenciar los programas y su impacto positivo.
Queremos que se supere el sentido meramente compensatorio y asistencial de los programas sociales, y se les dé un enfoque orientado a la producción y a la generación de empleos.
Los procesos migratorios que propició la descapitalización del campo, la falta de apoyos y desmantelamiento de instituciones que eran sostén de las políticas públicas orientadas a impulsar la producción del campo, se tradujeron tarde que temprano en el crecimiento de la pobreza urbana.
Es necesario entonces impulsar la producción de alimentos en todos los espacios del ámbito rural, a fin de ampliar la oferta de productos, que se generen empleos e ingreso y, de esta manera, se disminuya la pobreza, particularmente la alimentaria.
Secretaria:
No viene al caso repetir cifras que ya conoce sobre la pobreza, pero sí es importante insistir ante Usted, en que poco se avanzará en materia de combate al hambre si no se tiene en cuenta la importancia que en la materia juega el campo, sus programas de apoyo, y la urgente necesidad de una reingeniería de las reglas de operación que los norman, haciéndolas más flexibles y accesibles para ell medio rural que atiende la Cruzada.
Desde el amplio y complejo espacio de la coordinación que le ha sido encomendada, tenga presente que lo rural sigue siendo el campo donde el Estado debe replantear el nuevo proyecto de país al que se aspira; no desestimamos ninguna medida ni política en otros sectores, pero mientras el campo no prospere, nuestra sociedad seguirá padeciendo la pobreza. La repartición de la riqueza y la disminución de la ofensiva brecha entre pobres y ricos, solo puede darse en una sociedad con empleo productivo y remunerador.

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